Pedro Santana Lopes, primer ministro en funciones, no quiso dar ninguna pista durante la campaña de lo que haría si su partido salía escaldado de estas elecciones. Sólo se permitió recordar, en una entrevista al diario Público, que José Manuel Durao Barroso no dimitió como líder del Partido Social Demócrata (PSD) tras la derrota en 1999.

Pero esta posibilidad es difícil que se repita en su caso. Santana Lopes --que fue aupado a primer ministro por chiripa el pasado julio cuando Durao Barroso se convirtió en presidente de la Comisión Europea-- es un político con muchos enemigos en su propio partido. Un ejemplo: Aníbal Cavaco Silva, exprimer ministro, le pidió que no utilizara su cara para la propaganda electoral. Su carácter abierto, su fama de playboy y su afición a la prensa rosa --hasta que fue alcalde de Lisboa, en el 2001-- lo convierten para muchos en un vendedor de humo no digno para liderar el PSD.