Se busca candidato. El partido de los cardenales considerados como innovadores o aperturistas no encuentran a un candidato común, mientras que el abanderado de los tradicionalistas, Joseph Ratzinger, ya habría recolectado entre 40 y 50 votos. Para sí, o para orientarlos hacia un candidato afín cuando las ideas se traduzcan en votos.

Éstas eran ayer, a dos días vista del comienzo del cónclave, las impresiones recogidas en los ambientes de los 115 cardenales electores del nuevo papa. Dado que los tradicionalistas no cuentan, a pesar de su número, con la mayoría de dos tercios del cónclave (77 votos) exigida para las primeras 30 votaciones, algunos prevén que la asamblea podría ser más larga de lo previsto, porque sólo después el nuevo papa podrá ser elegido por mayoría absoluta (58 votos).

Sin embargo, el mexicano Norberto Rivera Carrera, que según algunas fuentes tendría el apoyo del Opus Dei y de los Legionarios de Cristo, dijo ayer que confiaba "en un cónclave breve". "Yo y algunos esperamos que sea rápido, queremos volver enseguida a nuestras diócesis", añadió. Las filtraciones recogidas pacientemente entre los electores que no observan a rajatabla la ley del silencio indican que el arzobispo de Milán, el cardenal Dionigi Tettamanzi, ya podría contar con 20 votos. Su mentor electoral es su antecesor en esta sede, el cardenal Carlo Maria Martini, jubilado en Jerusalén.

Martini está cercano a los pesos pesados de entre los cardenales del centro de Europa, como el belga Godfried Danneels y el alemán Karl Lehmann. Pero este grupo, que reivindica una mayor democracia en la Iglesia --colegialidad-- y una respuesta positiva a los desafíos de la modernidad, no acaba de convencerse sobre la viabilidad de Tettamanzi.

Físicamente el cardenal de Milán es una especie de Angelo Giuseppe Roncalli (Juan XXIII), pero sin su porte de campesino sereno. No habla idiomas y no es carismático. Su traslado del arzobispado de Génova (donde dialogaba con los antiglobalización) al de Milán, según sus detractores, ha puesto en evidencia una cierta incapacidad para administrar una gran diócesis. "¡Figúrense a toda la Iglesia!", exclaman los críticos. Sus defensores dicen que "eso se resuelve con un buen equipo de colaboradores".

LA TERCERA VÍA Las previsiones de la víspera cambiarán cuando los cardenales empiecen a votar, aunque si la imposibilidad de tener un consenso previo continuase y, por lo tanto, si los dos partidos no lograsen sacar adelante a su candidato, entonces podría abrirse la opción de un miembro del Tercer Mundo. Si se hubiese votado ayer, quizá sería Ivan Dias (India).

Paralelamente, se sigue intentando quemar a los candidatos del sector ajeno: sobre el mexicano Norberto Rivera se acaba de publicar su supuesta participación en una estafa y sobre el papabilísimo italiano Angelo Scola, alguien ha resucitado un presunto ingreso en el pasado en un hospital psiquiátrico.

En paralelo, el movimiento progresista Somos Iglesia está exponiendo en una serie de conferencias en Roma sus peticiones. Ayer, la escritora y monja estadounidense Joan Chittister recordó que la mitad de la Iglesia son mujeres y criticó que la Iglesia prefiera cerrar parroquias que confiárselas.

MENSAJE PÓSTUMO La oficina de prensa del Vaticano difundió ayer, "a título de documentación", el último mensaje que el Papa preparó el 22 de febrero, dos días antes de que se le practicara la traqueotomía. El texto, que debía difundirse hoy y alude a la jornada mundial de las misiones que se celebrará el 23 de octubre, sostiene que "en nuestra época, la sociedad humana parece que está envuelta por espesas tinieblas".