La pregunta no podía ser más directa y urgente en un país que registra el 20% de los homicidios que se cometen en todo el mundo cada año: "¿Hay que prohibir el comercio de armas en Brasil?". Unos 122 millones de brasileños respondieron ayer con un o con un no a ese interrogante. Si se confirman los sondeos de Ibope y Datafolha, los partidarios de que se puedan comprar y vender armas libremente ganarán el plebiscito.

De las 40.000 muertes violentas que se conocen anualmente en ese país, 32.0000 son causadas por armas de fuego. Sus cañones suelen apuntar contra los jóvenes, y los números asustan. Entre 1979 y el 2003 perdieron la vida 550.000 personas de entre 15 y 24 años.

El plebiscito se realizó bajo el peso insoportable de esas estadísticas. Los que llamaron a apretar la opción del en la urna electrónica aseguraron durante su intensa campaña que la prohibición es un instrumento eficaz para reducir la tasa de homicidios.

Derecha y ultraizquierda

En la acera de enfrente se situaron los sectores más conservadores de la sociedad --aunque esta vez, acompañados por un pequeño partido de ultraizquierda-- quienes alegaron que las restricciones atentan contra un derecho individual y sólo harán crecer el mercado negro de las armas. "De un lado se demonizó al arma y, del otro, se suscitó en la población un deseo de armarse", señaló la revista Istoé.

Un mes atrás, cuando comenzaron las campañas, tres de cada cuatro brasileños se inclinaban a votar por el . Esa diferencia no sólo se fue acortando en medio de una campaña que incitó al pánico de las clases medias de los estados más ricos de Brasil. A medida que se acercaba el día del plebiscito, los pedidos de autorización para compras de revólveres se incrementaron un 50% en Sao Paulo.

Palabra de presidente

"Creo que una persona común con un arma de fuego en la mano no da seguridad. Por eso voté sí", insistió ayer el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. El Partido de los Trabajadores (PT, en el poder), la influyente Iglesia católica, sectores de la socialdemocracia y los campesinos sin tierra se alinearon también tras esa opción, que sólo permite la posesión de armas a agentes de la defensa nacional, seguridad pública y deportistas.

El Frente Parlamentario Pro Legítima Defensa levantó la bandera del no. Su líder es el diputado Alberto Fraga, del derechista Partido del Frente Liberal (PFL). "Si gana el alertó.

Fraga parecía pasar por alto el hecho de que Brasil tuvo en el 2004, y por primera vez desde 1989, un 8,5% menos de muertes violentas. Esa reducción se debió en buena medida a la campaña de desarme lanzada por el Gobierno y diversas ONG. Unas 500.000 personas entregaron voluntariamente sus pertrechos como parte de esa iniciativa. El plebiscito se insertó en el marco de esta política.

"Defensor del no dispara a uno del no informó ayer O Globo. El hecho ocurrió el viernes por la noche en la periferia de Belo Horizonte. William da Silva, de 26 años, estaba en un bar con sus amigos, a los que les explicaba por qué votaría a favor de la prohibición del comercio de armas. Entonces se le acercó un desconocido. Fagner Silva Torres, de 23 años, comenzó a defender la otra alternativa. De repente, sacó un arma y le disparó tres tiros. Luego huyó. Da Silva fue trasladado al hospital con tres balas en el cuerpo. Allí salvo la vida.

Postrado en la cama, debió enterarse de que las encuestas daban la razón al hombre que estuvo a punto de matarlo.