Los líderes de la UE intentaban alcanzar anoche a contrarreloj un consenso sobre el marco presupuestario para el periodo 2007-2013, tras una larga jornada de intensas y sucesivas negociaciones bilaterales y trilaterales entre los principales países.

Bajo la intensa presión del eje franco-alemán --respaldado por España, Italia, Austria y Luxemburgo--, el premier y presidente semestral de la UE, Tony Blair, parecía anoche dispuesto a presentar un proyecto con un gasto total comunitario de 862.500 millones de euros para el conjunto del periodo, equivalentes al 1,045% de la renta de la UE de 27 miembros, tras la prevista adhesión de Bulgaria y Rumanía. Blair también parecía dispuesto a aceptar en ese proyecto un incremento de su contribución al presupuesto comunitario de 2.500 millones adicionales en el conjunto de los siete años, según fuentes diplomáticas.

A VUELTAS CON EL ´CHEQUE´ El nuevo proyecto presupuestario representaría un incremento del gasto de 13.197 millones respecto a la anterior propuesta británica. Pero sería aún inferior en 9.014 millones al último proyecto de la presidencia luxemburguesa de junio. Las negociaciones estuvieron centradas alrededor del cheque británico, por el que Gran Bretaña recupera desde 1984 dos tercios de sus contribuciones netas a la UE.

El presidente francés, Jacques Chirac, y la cancillera alemana, Angela Merkel, coordinaron su actuación para intentar doblegar a Blair y evitar un nuevo fracaso en el presupuesto. Merkel, que se esforzó en representar el papel de mediadora en la cumbre, concentró su ofensiva sobre Blair en obtener un aumento del gasto para que el compromiso no penalizara a los países del Este, como pretendía inicialmente la presidencia británica.

Chirac, por su parte, centró su presión en lograr una reforma permanente y sustancial del cheque británico. Para ello, se apoyó en España e Italia. Los tres países costean actualmente el 66% del

cheque británico, cuyo importe tras la ampliación se disparará hasta situarse por encima de los 7.700 millones de euros anuales.

DIFERENTES ESCENARIOS Chirac, Merkel y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, propusieron establecer en la cumbre el principio de que todos los países deben costear con equidad la ampliación, lo que supone una reforma profunda y permanente del cheque británico. Esa propuesta, según fuentes oficiales, obtuvo un amplio respaldo entre los líderes de los Veinticinco. La presidencia británica encargó a la Comisión Europea que calculara el impacto financiero concreto de diferentes opciones de reforma del cheque.

El mandatario francés explicó anoche, antes de reanudarse la sesión plenaria, que confiaba excluir del cheque británico todos los gastos relacionados con la ampliación, salvo las subvenciones a los agricultores y las medidas de intervención en los mercados agrarios. Añadió que el compromiso que propugnaba el eje franco-alemán implicaba una reforma más drástica del cheque británico a partir del 2014, que aboliera el mecanismo. La cumbre debe dejar claro que "el cheque no es un derecho histórico, sino un mecanismo transitorio", insistieron fuentes españolas.

Chirac destacó que la cumbre se orientaba "poco a poco hacia una solución", aunque advirtió que quedaban cuestiones por consensuar durante la noche.