La violencia recobra fuerza en Afganistán. Un ataque aéreo llevado a cabo por las fuerzas de la coalición, encabezadas por Estados Unidos, acabó con la vida de 80 talibanes y de al menos 16 civiles. El ataque, en el que participaron varios helicópteros y aviones de combate, se produjo durante la noche del domingo al lunes y duró varias horas. El objetivo, según dijo ayer el mando estadounidense, era un grupo de talibanes que se había refugiado en Azizi, un pequeño pueblo situado a unos 25 kilómetros al suroeste de la ciudad de Kandahar, al sur de Afganistán.

Algunos testigos dijeron ayer que el primer blanco de las bombas de la coalición fue una madrasa (escuela coránica) en la que se escondía un grupo de insurgentes. Tras caer los primeros proyectiles, algunos de los extremistas islámicos buscaron refugio en las casas vecinas, que después fueron bombardeadas. "He visto 35 o 40 talibanes muertos y unos 50 civiles entre muertos y heridos", dijo ayer el testigo Haji Ijlaf desde el hospital donde se recuperaba de las heridas. Una mujer aseguró que en su casa murieron 15 personas, entre ellas tres niños. Algunos testigos cifraron ayer en al menos 30 el número de civiles muertos.

ESCUDOS HUMANOS "Este tipo de accidentes suceden en los combates, sobre todo cuando los talibanes se esconden en las casas", dijo ayer el gobernador de la provincia de Kandahar, Asadullá Jalil. En un comunicado emitido después del ataque, el mando estadounidense dijo que la ofensiva iba dirigida contra "miembros activos de la red talibán que han llevado a cabo ataques contra la coalición y las fuerzas afganas". En declaraciones a la BBC, un mando estadounidense responsabilizó a los jefes talibanes de la muerte de mujeres y niños, por usar a civiles como escudos humanos.

La de ayer es la tercera operación militar que llevan a cabo en la última semana las fuerzas internacionales y el Ejército afgano en el distrito de Panjwayi, un conocido feudo de los talibanes y del que forma parte la localidad de Azizi. Desde el miércoles, más de 300 personas, la mayoría insurgentes, han muerto en los enfrentamientos, entre ellos cuatro militares extranjeros.