El acuerdo de paz firmado el martes entre el Gobierno de Pakistán y las tribus protalibanes de Waziristán del Norte ha causado inquietud en Kabul, ya que los servicios de espionaje creen que en esa región semiautónoma está Osama bin Laden. El Gobierno afgano y sus aliados temen que la retirada militar paquistaní facilite la creación de un santuario talibán en esta provincia, que permitiría la entrada de armas y guerrilleros en Afganistán.

La sorpresa es que el acuerdo se haya alcanzado en vísperas de una visita a Kabul del presidente paquistaní, Pervez Musharraf, la primera desde abril del 2002. Ante su homólogo afgano, Hamid Karzai, Musharraf defendió el acuerdo como un éxito para acabar con el conflicto en Waziristán del Norte. El acuerdo obliga a los militantes extranjeros, presuntos aliados de Al Qaeda y de los rebeldes talibanes, a entregar sus armas o marcharse.