Tras nueve años de blairismo, el presumible sucesor de Tony Blair, Gordon Brown, esbozará hoy las grandes líneas de su futuro mandato al frente del Gobierno británico. El actual ministro de Finanzas intervendrá en la conferencia anual del Partido Laborista, que ayer comenzó en la ciudad inglesa de Manchester, dominada por la turbulenta transición. Después de 20 años de espera, relegado siempre a segundo plano, Brown se dispone a pronunciar el discurso más importante de su carrera política. La de Manchester será la primera gran prueba para convencer al partido y a los ciudadanos británicos de que posee visión, brío y facultades para gobernar el país. Pero los electores tienen serias dudas al respecto.

En el sondeo publicado ayer por The Sunday Times, el 48% de los consultados considera que Brown carece de las dotes para ser primer ministro. El mismo porcentaje piensa que el aspirante ha estado trabajando activamente para forzar la salida de Blair, algo que niega el acusado. Los conservadores ven el aire soplar a su favor y ayer pidieron la convocatoria de elecciones anticipadas, cuando el actual primer ministro presente su dimisión.

ELOGIOS HACIA EL PREDECESOR Entrevistado por la BBC, Brown se deshizo en elogios hacia el primer ministro, calificó de "situación única" el momento que vive el laborismo y de "indudablemente incierta" su actual posición, aunque es, con diferencia, el mejor situado para instalarse en Downing Street.

Blair, por su parte, se negó a respaldar abiertamente a quien durante dos décadas ha sido su inseparable colaborador y rival. El enfrentamiento soterrado entre los dos hombres divide a los delegados, que sopesan estrategias y coaliciones. Algunas de las figuras destacadas del laborismo han comenzado a decantar sus posiciones políticas.

La ministra de Asuntos Exteriores, Margaret Beckett, miembro de la vieja guardia de esta formación política, hizo ayer una encendida y apasionada defensa de Brown: "Siempre he pensado que Gordon sería un brillante primer ministro y el que más posibilidades tiene de suceder a Tony y así debe ser".

HOMBRE DE PESO Un hombre de peso en el Gobierno, el actual ministro para Irlanda del Norte, Peter Hain, también ha ofrecido su respaldo a Brown, porque "es la mejor persona para el puesto". Pero Brown también tiene oponentes y uno de los más poderosos es el ministro del Interior, John Reid, quien advirtió de que el nuevo líder no puede ser elegido en un pacto privado.