Tras su emocionada despedida el día anterior, Tony Blair volvió ayer a subir al estrado de la conferencia laborista para anunciar al gran invitado del día, "un político superlativo, un tremendo líder de América, el genuino, el único Bill Clinton". Y como era previsible, la entrada en escena del expresidente americano fue recibida con una ovación cerrada. Tras el melodrama de las dos jornadas precedentes, la mañana de ayer fue el momento de las celebridades en Manchester. "Me gustan estas conferencias laboristas", fueron las palabras humorísticas con que arrancó Clinton, quien, ya hace cuatro años, acudió a una cita similar y entusiasmó a los delegados. Ahora, el expresidente volvía para alabar las 1.000 virtudes de Blair, "mi amigo personal".

"Vuestro primer ministro, vuestro Gobierno, vuestro partido, han sido un magnífico éxito", exclamó el expresidente "Quiero agradecer a Tony Blair su liderazgo, por haber preservado nuestra vieja alianza transatlántica a través de muchas tempestades", prosiguió Clinton. La frase podría haberla dicho el presidente Bush sin cambiar un acento.