La justicia peruana condenó el viernes a cadena perpetua a Abimael Guzmán, fundador y líder máximo de Sendero Luminoso, la guerrilla maoísta a la que se acusa de haber asesinado a 31.300 personas durante los 12 años de conflicto armado que mantuvo con el Estado peruano.

El juicio se celebró en la base naval de El Callao, donde Guzmán está preso desde su captura en 1992. Allí, la Sala Penal Nacional de Terrorismo dictó la sentencia de un proceso judicial que ha durado un año y con el que se juzgaba a la cúpula de Sendero Luminoso por los crímenes que cometieron entre su creación en 1979 y su desarticulación en 1992, entre ellos la matanza de Lucanamarca, donde la guerrilla maoísta masacró a machetazos a 69 campesinos, entre ellos unos 20 niños.

Guzmán, de 70 años, fue condenado a cadena perpetua por los delitos de terrorismo con agravantes y homicidio. Desafiante, el condenado no mostró ninguna emoción. El tribunal también condenó a prisión de por vida a Elena Iparraguirre, de 60 años, compañera sentimental del líder y número dos del movimiento. Otros 10 cabecillas del grupo maoísta fueron condenados a entre 24 y 35 años.

916 MILLONES DE MULTA El tribunal determinó, asimismo, que la cúpula senderista deberá pagar 1.118 millones de dólares (916 millones de euros) en reparación al Estado. Los dirigentes de Sendero Luminoso, que en su mayoría fueron detenidos en 1992, fueron sometidos a este proceso civil en cumplimiento de una resolución del Tribunal Constitucional, que anuló las sentencias a cadena perpetua dictadas durante el Gobierno de Alberto Fujimori en un juicio militar con jueces anónimos.

Con esta sentencia, Perú intenta pasar la sangrienta página dejada por el conflicto armado entre Sendero Luminoso y las fuerzas de seguridad del país. Unas 69.000 personas murieron en el conflicto.