La Unión Europea urgió ayer a Turquía a aceptar un compromiso sobre Chipre que ponga fin a su boicot de los barcos y aviones chipriotas, si quiere evitar la suspensión de sus negociaciones de adhesión. Bajo un ambiente enrarecido por el proyecto de ley francesa sobre el genocidio armenio de 1915, la UE incrementó su presión sobre el Gobierno turco para que acepte "la última oportunidad" de encarrilar una solución a la cuestión chipriota. Los 25 exigieron a Ankara que intensifique sus reformas políticas.

El Gobierno turco, pese a estar molesto por el respaldo de la Asamblea francesa al proyecto de ley para penalizar la negación del genocidio armenio, se esforzó en mostrar una actitud constructiva en la crucial reunión en Luxemburgo con la troika comunitaria, que comprende a la presidencia de la UE, la Comisión Europea así como el responsable de la política exterior europea, Javier Solana.

CONDICIONES El ministro de Exteriores turco, Abdullah Güll, se mostró dispuesto a acelerar las reformas. Pero Güll condicionó la apertura parcial de sus puertos y aeropuertos a las naves chipriotas, a que la UE acabe con el aislamiento económico de la parte turcochipriota de la isla.