El Departamento de Justicia de EEUU anunció ayer que el controvertido programa de espionaje interno sería puesto bajo supervisión de una autoridad independiente lo que, según los observadores, marca un relajamiento de la línea política de Bush respecto a la lucha antiterrorista.

En una carta a los miembros de la comisión judicial del Senado, el secretario de Justicia, Alberto Gonzales, dijo que tal autoridad había sido conferida al Tribunal para la Vigilancia de la Inteligencia Exterior y que ya había sido concedida la autorización para vigilar las charlas telefónicas de un sospechoso de colaborar con Al Qaeda o con otro grupo terrorista.

"Como resultado de estas órdenes, cualquier vigilancia electrónica que se aplicaba como parte del Programa de Vigilancia Terrorista será a partir de ahora sujeta a la aprobación del Tribunal para la Vigilancia de la Inteligencia Exterior", escribió Gonzales en la misiva.

PROGRAMA SUSPENDIDO "Así las cosas, bajo tales circunstancias, el presidente había determinado no reautorizar el Programa de Vigilancia Terrorista cuando su autorización actual expire", escribió en la misiva el secretario de Justicia de EEUU.