Los resbalones de Ségol¨ne Royal en el delicado terreno de la política internacional no dejan de sucederse. La candidata socialista a la presidencia de la República francesa se ha manejado con torpeza en el Líbano, Israel, China y, ahora, ha metido la pata con Quebec al mostrarse favorable a la soberanía de esta provincia francófona de Canadá.

El pasado lunes, Royal se entrevistó con el jefe del Partido Quebequés, André Boisclair, de ideología independentista, quien se encontraba de visita en Francia. Preguntada por Radio Canadá, la candidata dijo compartir con el dirigente quebequés "valores comunes" como "la libertad y la soberanía de Quebec". La reacción del primer ministro de Canadá, el conservador Stephen Harper, fue fulminante. "La experiencia enseña que es del todo inapropiado para un líder extranjero mezclarse en los asuntos democráticos de otro país", advierte el comunicado emitido por Ottawa ayer de madrugada.

Royal adujo haber seguido al general De Gaulle, quien en 1967, proclamó en Montreal su célebre frase "Viva el Quebec libre". Y añadió que no se refería a "cuestiones institucionales", sino al principio general de soberanía.