Hillary Clinton. Barack Obama. Bill Richardson. La entrada en liza de estos tres aspirantes demócratas a la Casa Blanca ha puesto la carrera electoral estadounidense al rojo vivo, a 22 meses de los comicios para relevar al republicano George Bush en el sillón presidencial. Y es que, por primera vez en la historia, plantean a los votantes una posibilidad insólita: que el próximo inquilino del 1.600 de la Avenida Pensilvania sea una mujer, un negro o un hispano. Pero, ¿qué posibilidades reales de lograrlo tiene cada uno de ellos?

Nadie se atreve a estas alturas a predecir si la conservadora sociedad estadounidense está madura para el cambio que representaría elegir a cualquiera de los tres aspirantes. Pero Hillary Clinton tiene bases más sólidas que sus rivales para lograrlo. "Sé cómo piensan y operan los republicanos en Washington, y cómo derrotarlos", dice con seguridad, sabiendo que parte como caballo ganador. Los últimos sondeos dan a la exprimera dama un 24% de ventaja en intención de voto sobre su rival más cercano. El 59% de las mujeres, que votan en mayor número que los hombres, también la apoyan.

Barack Obama, el senador negro por Illinois, es "la candidatura más caliente" de los demócratas, según The New York Times. Pero Obama es un desconocido y apenas le apoya un 17%, aunque tiene un punto fuerte frente a Hillary: su oposición a la guerra de Irak, que la senadora llegó a apoyar. Más lejanas aún son las posibilidades de Bill Richardson, único gobernador hispano de EEUU. Solo un 2% le votará.