El Ejército de Israel

mató hoy a seis palestinos e hirió a veintiséis, en sendos ataques en el sur de Gaza en la víspera de cumplirse, mañana, el segundo aniversario de su retirada

de la franja, en la actualidad bajo control de Hamás.

El primer ataque

causó la muerte de tres milicianos de ese grupo integrista y de dos civiles,

además de heridas a mas de veinte personas, al menos siete de ellas civiles, y

en el segundo murió un activista de la Yihad Islámica, en tanto que otro resultó

herido. La primera operación se inició de madrugada con un bombardeo

sobre Abasán, antes de que carros blindados y unidades de infantería penetraran

en esa aldea cercana a la frontera con Israel.

Según dijeron fuentes de Hamás esta mañana, uno de sus milicianos, Mohamed Abu Musameh, falleció en la

operación aérea, mientras que el otro, Omar al Qarra -así como su madre Sabha,

de setenta años-, perdieron la vida durante la ofensiva terrestre. Posteriormente, se halló el cadáver de un tercer miembro de Hamás.

De

acuerdo con la versión del grupo integrista, el también civil Ibrahim Shami, de

cuarenta años, murió durante ese ataque al ser alcanzado por los disparos en la

azotea de su vivienda, adonde había subido al comenzar los combates, en los que

asimismo participaron miembros de la Yihad Islámica.

Tras el ataque

contra Abasán, el Ejercito israelí anunció un segundo bombardeo, esta vez en Jan

Yunes, ciudad próxima a Abasán, en un ataque en el que resultó muerto un

militante de ese grupo también de carácter integrista, en tanto que otro sufrió

heridas. Fuentes hospitalarias palestinas informaron esta tarde de que

el numero total de heridos en ambos incursiones asciende a veintiséis.

El Ejército israelí informó en un comunicado que el ataque de Abasán tuvo el

objetivo de neutralizar "amenazas terroristas" y localizar túneles subterráneos

por los que el Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamás) recibe

armamento. En el comunicado no se informa de bajas israelíes durante el

ataque, que según fuentes militares se enmarca en los intentos de desactivar

células de milicianos que lanzan periódicamente desde Gaza cohetes Al Kasam

contra el territorio de Israel.

Tras los enfrentamientos, el Ejército

israelí informó de que había detenido a ochenta palestinos en la operación de Abasán y otras realizadas en distintas zonas del sur de la franja. Fuentes palestinas elevaron a cien el numero de apresados.

El presidente

de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abas, condenó el ataque de

Abasán, cuyo control ha perdido desde que las fuerzas de seguridad de su

movimiento Al Fatah fueran derrotadas en junio en la franja por los milicianos

de Hamás. Según dijo a EFE una fuente de la Presidencia palestina, Abás

hizo la condena ante la prensa local en Ramala, en Cisjordania. Abás

aprovechó la ocasión para criticar también la detención esta mañana por el

Ejercito israelí de trece activistas palestinos en territorio cisjordano, cuya

autoridad conserva la ANP.

Las nuevas operaciones israelíes se producen

veinticuatro horas antes de celebrarse el segundo aniversario de la retirada de Gaza por Israel, con la evacuación de los ocho mil colonos que vivían en

veintiún asentamientos a lo largo de la Franja.

Decidida de manera

unilateral por el entonces primer ministro israelí Ariel Sharón, la retirada fue

capitalizada políticamente por varios grupos palestinos que aseguraron que nunca

se hubiera producido sin la lucha armada. Esos grupos, entre los que

despuntó Hamas, plantearon que la estrategia serviría también para forzar

asimismo la retirada israelí de Cisjordania.

Según expertos locales como Hani Habib, articulista del diario "Al Ayam", que se edita en Ramala, el

objetivo de ese discurso no era, sin embargo, "tanto liberar Cisjordania como

conseguir apoyo ante las elecciones que se celebrarían en 2006". Logrado

ese propósito en los comicios, que ganó con amplitud, Hamás ha fortalecido a

continuación su posición con la victoria militar sobre Al Fatah en Gaza, que ha

convertido en su baluarte y permanece casi aislado del resto del mundo por la

negativa del grupo integrista a reconocer la existencia de Israel.