John Edwards se ha convertido en objeto de deseo para los candidatos demócratas que quedan en liza, Hillary Clinton y Barack Obama. El domingo, Obama voló hasta Chapel Hill (Carolina del Norte) para reunirse en su casa con Edwards, quien abandonó la carrera a la Casa Blanca poco antes del supermartes pero cuenta con un apreciable predicamento entre la base trabajadora del Partido Demócrata. Clinton hizo lo mismo a principios de febrero. Para Edwards, se trata de "una dura decisión" que, oficialmente, aún no ha tomado.

El apoyo de Edwards se traduce, sobre todo, en la clase trabajadora, hombres blancos en su mayoría, de bajos ingresos, preocupados por los efectos de la globalización sobre sus empleos. Es decir, casi una radiografía de parte del electorado de Ohio, que junto a Tejas vota en las primarias del 4 de marzo. Para apelar a estos votantes, Clinton ha hecho campaña con un casco de obrero, y Obama presentó su plan económico, en el que promete castigar a las empresas que deslocalicen su producción.

Los dos coinciden en sus críticas a los efectos de los acuerdos de libre comercio sobre el empleo en EEUU, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (firmado por Bill Clinton); el recientemente aprobado Acuerdo de Libre Comercio con Perú (ambos votaron a favor), y los que se negocian con Colombia y Corea del Sur. En un editorial publicado el domingo, The Washington Post tildaba a ambos candidatos de "populistas" por sus críticas a los acuerdos, y los acusaba de querer imponer una política proteccionista.

Apelar a esta clase media, trabajadora, fue hasta que dejó la carrera el objetivo de Edwards, por lo que el camino más corto para Clinton y Obama para pescar en este caladero de votos es lograr el apoyo del exsenador.

WISCONSIN Y HAWÁI Unos votos que serán importantes en Ohio, pero que ya lo son ahora en Wisconsin, donde hoy se celebran unas primarias que coinciden con los caucus de Hawái. En las islas, donde Obama nació, se da por descontada la victoria del senador. En Wisconsin, los sondeos dan a Obama cuatro puntos de ventaja. Tras ganar ocho estados consecutivos, Obama aspira a afianzar su liderazgo.

Mientras, en el bando republicano, John McCain logró ayer el apoyo de George Bush padre. "Nadie es mejor que el senador McCain para liderar a nuestra nación en estos momentos difíciles", dijo Bush. Sin embargo, es dudoso que este apoyo ayude a McCain a unificar el partido tras su figura, ya que Bush padre es considerado un moderado.