En un clima de tensión, las tropas de la OTAN y la policía de la ONU vigilaban ayer la frontera norte de Kosovo donde el martes grupos de serbios asaltaron dos puestos fronterizos entre el nuevo Estado independiente y Serbia. Los dos puestos fueron reabiertos ayer y el comandante de la Kfor (la fuerza de la OTAN desplegada en Kosovo), general Xavier Bout de Marnhac, acusó ayer a los líderes serbios locales de haber organizado el ataque.

"Algunos líderes locales han adquirido una responsabilidad enorme, implicando a niños y mujeres en esta operación y poniéndoles en peligro", afirmó Bout de Marnhac. Por su parte, el jefe de la Administración interina de la ONU (UNMIK), Joachim Rücker, denunció que Serbia había "violado" su compromiso de no recurrir a la violencia contra Kosovo.

En el norte de Kosovo volvieron a vivirse ayer momentos de tensión. Entre 500 y 600 serbios volvieron a manifestarse en la ciudad dividida de Mitrovica, aunque en esta ocasión no se produjeron altercados.

Mientras, la aceptación internacional de la independencia proclamada el domingo avanza. Ayer fueron Alemania y Austria quienes se sumaron a la lista de países que han oficializado el reconocimiento del nuevo Estado, lo que provocó la inmediata retirada de los embajadores de Serbia en Berlín y Viena.

Los países que han formalizado dicho reconocimiento se preparan para abrir sus embajadas en Pristina. El Gobierno británico designó ayer como embajador al diplomático que, desde enero del 2006, encabezaba su oficina de representación en Pristina. El Gobierno de Turquía también designó ayer a su embajador.

LA MISIÓN DE LA UE El holandés Pieter Feith, que encabezará la nueva misión civil de la Unión Europea, afirmó ayer en Pristina que ya ha iniciado su mandato, aunque se negó a decir cuándo su oficina será plenamente operativa. Rusia calificó ayer de "ilegal" esta misión de la UE.

Belgrado se prepara para una manifestación de protesta, convocada para hoy. Y el ministro de Exteriores serbio, Vuk Jeremic, dijo ayer ante el Parlamento Europeo sentirse "avergonzado como europeo" y advirtió de que el futuro de Serbia en la UE ha quedado "comprometido" por el reconocimiento del Estado kosovar por parte de la mayoría de miembros de la UE.