Kosovo es desde el pasado domingo un país libre, pero sin dinero. El paro afecta al 50% de la población, que pasa sin luz 12 horas al día. El ruido y la contaminación son alarmantes. Kosovo vive de las ayudas internaciones: primero de la ONU y, a partir de ahora, de la UE. Washington ha anunciado una ayuda de 200 millones de euros.

El albanés Ahmed Sopa, economista y exdiplomático, asegura que desde el punto de vista democrático "el proceso de independencia ha sido impecable". Pero advierte de que ahora vienen los problemas: "O trabajamos y nos dejamos de enfrentamientos o no saldremos adelante". La entrada en la UE es ahora el objetivo de Kosovo.