En el último debate --al menos en la agenda-- que ha enfrentado a Barack Obama y Hillary Clinton, la senadora por Nueva York fue el martes por la noche al choque desde el principio, obligando a su adversario a ponerse a la defensiva. El tono del debate estuvo marcada por el interesante cuarto de hora inicial, en el que los dos aspirantes demócratas a la Casa Blanca abordaron las diferencias entre sus planes de reforma de la sanidad (ella propone que el seguro médico sea obligatorio y él, no). La guerra de Irak, las relaciones con Rusia y el tratado de comercio con México y Canadá fueron otros de los temas que se trataron siguiendo un mismo guión: Clinton atacando y Obama respondiendo con calma.

Prensa y analistas coincidieron ayer en hablar de un empate, que beneficia a Obama en tanto en cuanto su oponente no pudo frenar el momentum político y mediático que vive el senador de Illinois, tras haber ganado las últimas 11 votaciones.