Es una estremecedora despedida. Una de las últimas cartas de Ingrid Betancourt a su esposo refleja que el pesimismo y la desgana le han ganado la partida tras seis años en manos de la guerrilla. Gravemente enferma, la candidata reflexiona sobre la posibilidad de que, en última instancia, su muerte libere definitivamente a los suyos del sufrimiento. "Siento que la vida de mis niños está en stand by esperando a que yo salga y su sufrimiento diario hace que la muerte me parezca una opción dulce". Es parte del contenido de la carta desvelada ayer por la cadena de televisión Cuatro.

"No tengo ganas de nada --continúa la misiva-- y creo que esto último es lo único que está bien, no tener ganas de nada". En la carta, --escrita "una mañana lluviosa como mi alma"-- le pide a su esposo: "Ponte en paz contigo mismo, ponte en paz conmigo".

Una carta que no hace sino confirmar la poco halagüeña radiografía que los recién liberados hacen de su compañera de cautiverio. Pocas horas después de abandonar la selva donde pasó siete años en manos de las FARC, el excongresista Luis Eladio Pérez lanzó un aviso descarnado: Betancourt corre peligro y el tiempo juega en contra. Padece hepatitis B y está muy enferma y débil. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se brindó a ir a la selva para recoger a la rehén francocolombiana.

"HAY QUE SALVARLA" La voz de alarma la dio este liberado cuando puso sobre el tapete que la excandidata --"muy deteriorada física y emocionalmente"-- no solo sufre las mismas miserias que el resto de rehenes sino que, además, sus captores "se ensañan" con ella. "Hay que salvarla", dijo el excongresista.

Desde Suráfrica, Sarkozy, tras ofrecerse a ir a buscarla, renovó ayer su llamamiento a las FARC para que liberen sin demora a Betancourt. "El martirio que imponen a Ingrid Betancourt es un martirio que infligen a Francia", dijo el presidente francés en referencia a las FARC. "Se trata de una cuestión de vida o muerte. No pueden dejar morir a esta mujer", añadió. Sarkozy pidió al presidente venezolano, Hugo Chávez, que use "toda su influencia para salvarle la vida". Chávez se comprometió a mediar con el jefe de la guerrilla.