El Gobierno iraquí ha declarado la guerra a la milicia armada del clérigo radical chií, Moktada al Sadr. Unos 15.000 soldados iraquís, apoyados por tanques, fuego de artillería y aviones de combate, pusieron ayer en marcha una vasta ofensiva contra las posiciones del Ejército del Mehdi, fiel a Sadr, en la rica ciudad petrolífera de Basora, a unos 550 kilómetros al sur de Bagdad. El popular religioso, que cuenta con el apoyo de la población chií más desfavorecida, amenazó con alentar una "revuelta civil" si no cesa el ataque y prender fuego a los yacimientos petrolíferos. Poco después, pidió solucionar el conflicto mediante el diálogo. Los enfrentamientos se extendieron ayer a algunos barrios de Bagdad y a otras ciudades de mayoría chií.

La operación militar, que arrancó a las 5 de la mañana, está supervisada por el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que llegó el lunes a Basora con los ministros del Interior y Defensa, lo que da cuenta de la importancia de la ofensiva. Los combates afectaban ayer a seis distritos del centro y el norte de la ciudad, conocidos por ser bastiones de los seguidores de Sadr.

El balance provisional de víctimas fue de al menos una docena de muertos y más de medio centenar de heridos, aunque fuentes hospitalarias elevaban a 30 la cifra de fallecidos. "Hay que restablecer la seguridad y la estabilidad e imponer el orden en la ciudad", dijo Maliki. Basora es una plaza estratégica de primer orden, ya que es la puerta de salida del 90% del petróleo que exporta el país. Cada día salen de su puerto más de un millón y medio de barriles de crudo.

TOQUE DE QUEDA El jefe de la operación militar, el general Alí Zaidan, advirtió de que el ataque continuará hasta "conseguir el objetivo de limpiar la ciudad de fugitivos". Se ha decretado el toque de queda --también en otras ciudades-- y se han cerrado todos los accesos a la urbe.

La estrategia es debilitar a la facción chií más díscola con el Ejecutivo y que se opone con mayor fuerza a la presencia de tropas extranjeras en el país.

El repliegue el pasado diciembre de las las tropas británicas de Basora alentó la lucha entre facciones rivales chiís por controlar la ciudad y sus ricos recursos. La pugna la libran el Ejército del Mehdi, el Consejo Supremo de la Revolución Islámica Iraquí (CSRII), principal partido chií iraquí, y la formación Fadhila.

La operación militar puede llevar al traste la tregua armada de seis meses que decretó en agosto Sadr y que en febrero renovó por medio año más. La tregua, unida a la política de Washington de buscar alianzas militares con las tribus sunís para combatir conjuntamente a Al Qaeda, ha sido, sin duda, una de las principales causas del descenso de actos de violencia y muertes en Irak a lo largo del último medio año.

PROTESTAS De momento, los partidarios de Al Sadr se han sumado a la campaña de "desobediencia civil", que ha decretado su líder como presión para frenar la ofensiva militar. En esta ciudad, ayer se registraron combates, así como en algunos barrios de la capital. En Ciudad Sadr, los milicianos de Al Sadr se enfrentaron a tiros con la Brigada Badr, brazo armado del CSRII, y con soldados de EEUU. En Bagdad hubo manifestaciones de protesta por la ofensiva.