Coincidiendo con la entrada en vigor de la Constitución kosovar el 15 de junio, la OTAN acordó ayer asumir la tarea de encuadrar y entrenar a la futura Fuerza de Seguridad de Kosovo, que desempeñará el papel de microejército del nuevo Estado balcánico. La fuerza solo dispondrá de armamento ligero para no generar más tensiones con Serbia, y el control de las fronteras seguirá en manos de la administración internacional de Naciones Unidas.

España no participará ni en el entrenamiento, ni en la financiación de esta fuerza de seguridad por considerar que constituye un reconocimiento implícito de la independencia de Kosovo. Pero España apoyó que la OTAN se responsabilice de su entrenamiento para garantizar un mejor control aliado.

La nueva fuerza, de carácter multiétnico y bajo tutela civil, contará con unos 2.500 efectivos y se responsabilizará de la gestión de crisis y protección civil. La Alianza Atlántica aspira a que esa fuerza disponga de una capacidad operativa inicial en el plazo de un año, y para ello enviará unos 250 instructores al nuevo Estado.