España aboga porque los países que todavía no han dado el visto bueno al Tratado de Lisboa sigan con el proceso de ratificación, independientemente del rechazo del electorado irlandés. Así lo afirmó ayer el secretario de Estado de la UE, Diego López Garrido, que subrayó que "hay que respetar la decisión de los irlandeses", pero insistió en que los demás países deben continuar con el proceso de ratificación.

El dirigente español señaló que corresponde al Gobierno de Dublín interpretar el significado del resultado negativo de ayer, pero dejó clara su opinión: "No me parece que sea un no contra Europa. El pueblo irlandés no es antieuropeo", afirmó.