La Unión Europea (UE) se aferró ayer a salvar el nuevo Tratado de Lisboa, sustituto del fracasado proyecto de Constitución europea, a pesar del triunfo del no en Irlanda. Sin ninguna estrategia preparada para hacer frente a esa eventualidad que cada día aparecía como más probable, la presidencia de la UE y de la Comisión Europea solo fueron capaces de insistir en la validez y necesidad del Tratado de Lisboa y de indicar que los líderes de los Veintisiete discutirán la semana próxima, durante la cumbre de Bruselas, el camino a seguir para salir de la nueva crisis.
El primer ministro esloveno y presidente semestral de la UE, Janez Jansa, recordó que el Tratado de Lisboa ya ha sido ratificado por dos tercios de los estados miembros y subrayó que "es necesario para que Europa sea más eficiente, más democrática y más transparente".
EJE FRANCO-ALEMÁN La cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en una declaración conjunta, expresaron su confianza en que los otros ocho estados pendientes continuarán adelante con el proceso de ratificación del Tratado. Merkel y Sarkozy también reiteraron que las reformas institucionales previstas en el Tratado de Lisboa "son necesarias para convertir Europa en más democrática y más eficaz y le permitirán responder a los desafíos a los que se enfrentan sus ciudadanos".
El rechazo irlandés alterará los planes de Sarkozy para su presidencia europea, que comenzará el 1 de julio, y podría abocar a una nueva parálisis política de la UE en un momento especialmente delicado de crisis internacional.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, señaló, asimismo, que el proceso de ratificación del Tratado no debe detenerse. "Los otros países pendientes tienen el mismo derecho que Irlanda a expresar su opinión", declaró. "El Tratado no está muerto, está vivo", añadió Barroso.
El presidente de la Comisión Europea responsabilizó al Gobierno irlandés del triunfo del no y explicó que había rechazado los ofrecimientos del Ejecutivo comunitario de contribuir a la campaña en favor del sí.
