Argentina seguía ayer extraviada en su laberinto político. El rechazo de los productores agropecuarios al aumento del impuesto a las exportaciones de soja impacta con fuerza en las carreteras estratégicas del país. Así, aunque los camiones con leche circulan, las panaderías se están quedando sin harina y falta el combustible. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no encuentra la forma de recuperar el control de las carreteras (bloqueadas por camioneros) y su poder se corroe.

El vicepresidente, Julio Cobos, hizo un llamamiento al Gobierno, del que forma parte, y al campo, a "recuperar el diálogo y el tiempo que se ha perdido". Cobos dio su opinión en una carta abierta, que se ha visto como un signo del aislamiento de Cristina y Néstor Kirchner. El expresidente es consciente de las fisuras del peronismo, el partido que encabeza.