La Universidad de Misisipí se ha gastado en el dispositivo para organizar el debate 5,5 millones de dólares (más de 3,7 millones de euros), en un intento de rehabilitar la reputación de un centro educativo que en los años 60 vivió graves altercados raciales y que en los 90 se vio implicada en una polémica por el izado de la bandera de la Confederación en sus partidos de fútbol. La organización del debate se ha hecho durante más de año y medio en coordinación con la Comisión de Debates Presidenciales, la Universidad de Misisipí y las autoridades del estado. Y es que acoger el debate es muy apetecible, dado que la atención mediática de todo el país está pendiente.