La ministra francesa del Interior, Michèle Alliot-Marie, presentó ayer un manual de instrucciones dirigido a todos los funcionarios de prisiones de la Unión Europea (UE) con el objetivo de frenar la creciente radicalización, sobre todo islamista, de numerosos detenidos en las cárceles europeas. La ministra destacó que este fenómeno no se produce solo en Francia, sino también en países como Alemania y Austria.

El manual, de 60 páginas, contiene 23 indicadores que permiten a los funcionarios identificar las conductas sospechosas de radicalización, como la exhibición de logos o referencias a Al Qaeda o la colocación de fotos de Osama bin Laden en las paredes de la celda. Además de estos dos motivos, se citan otros menos explícitos como la lectura de ciertas obras religiosas, el rechazo a pasear con otros detenidos y a tomar comidas en común, el intento de imponer las horas de la plegaria, una vestimenta particular, dejarse la barba o negarse a recibir órdenes de personal penitenciario femenino.

El informe, que consta también de un anexo de 20 páginas en el que figuran los logos, las siglas y los signos relacionados con Al Qaeda, fue presentado en un seminario celebrado en el Instituto Nacional de Altos Estudios de Seguridad (INHES), en Saint-Denis, organizado por la Unidad de Coordinación de la Lucha Antiterrorista (Uclat) de la policía francesa.

En su intervención, Alliot-Marie explicó que el manual incluye una serie de recomendaciones para intentar "interrumpir" el proceso de radicalización, como evitar que el preso se encierre en sí mismo o mostrar, por parte de los funcionarios, una actitud abierta hacia la religión; así como asegurar la libertad religiosa. Como caldo de cultivo del islamismo, el manual cita el peso de los orígenes, del fracaso escolar y de la marginación. Todo ello propicia el repliegue comunitarista y el odio posterior a los valores democráticos, según un responsable de la Uclat.