Un pasajero borracho que trataba de secuestrar un avión de Turkish Airlines en ruta hacia Rusia ha sido reducido por el resto del pasaje y el aparato ha aterrizado sin percance en San Petersburgo, informaron las autoridades turcas. El aparato volaba de Antalia a San Petersburgo y las primeras informaciones indican que el hombre, que aseguró tener una bomba para cambiar el rumbo del aparato, es un conocido poeta uzbeko llamado Yashar Pashaoglu, según los medios turcos.

"Esto no ha sido un secuestro. Un pasajero borracho empezó a molestar a los demás pasajeros después de que el avión despegase de Antalia. Ha sido reducido por los otros pasajeros y será entregado a la Policía rusa", explicó a la prensa turca Ali Ariduru, el director de Aviación Civil. Habib Kilic, subsecretario del Ministerio turco de Transportes, declaró a la prensa que el secuestrador había dicho que llevaba una bomba adosada a su cuerpo y que quería desviar el avión a otro destino, cuando volaba sobre Minsk (Bielorrusia).

Sin ofrecer más detalles, Kilic explicó que el autor del fallido secuestro fue neutralizado, sin que el pasaje corriera ningún peligro, y que el avión prosiguió el vuelo previsto con destino a San Petersburgo. Tras tomar tierra el avión, un Airbus A320, ha sido inspeccionado por los agentes, que no han encontrado ningún rastro de explosivo a bordo, según el Ministerio de Transporte.

Según el canal NTV, uno de los pasajeros de la aeronave hizo llegar una nota al piloto en la que decía que llevaba una bomba y le exigía que llevara el avión a otro lugar. "La persona que envió la nota estaba completamente borracha. He hablado con la tripulación del avión y ahora no hay peligro. En el aparato hay tranquilidad y aterrizará pronto", señaló a la televisión el vicedirector de Turkish Airlines, Hamdi Topcu. Entre los 164 pasajeros del vuelo "chárter", en su mayoría rusos, se encontraban también dos ciudadanos turcos y un bebé, señalaron fuentes de la aerolínea.