Las opciones para que fructifique el canje de prisioneros entre Hamás e Israel antes del final del mandato del primer ministro saliente, Ehud Olmert, se desvanecen. Por primera vez desde la captura del soldado judío Gilad Shalit hace 996 días cerca de Gaza, el consejo israelí de ministros se reunió ayer para debatir el intercambio, pero la reunión acabó sin una votación.

Tanto Israel como Hamás se acusan de haber alterado sus pretensiones. Olmert expresó el rechazo a las condiciones de Hamás para liberar a Shalit, mientras que un responsable israelí afirmó que no se aliviará el bloqueo sobre Gaza hasta que el soldado sea liberado. De los 1.400 presos que exigen los islamistas, cerca de medio millar cumplen largas condenas por asesinato y terrorismo. El desacuerdo se centra en algunos nombres y en su destino.