La víspera de que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, inicie un viaje de dos días a México, la Administración de Barack Obama hizo pública ayer una nueva estrategia de Washington para evitar que la guerra abierta entre los narcos y las autoridades mexicanas en ciudades como Tijuana y Ciudad Juárez cruce la frontera. Entre las medidas adoptadas se encuentra multiplicar la presencia de los agentes de diferentes organismos de seguridad para reforzar la vigilancia en la frontera aunque, por ahora, no se ha ordenado el despliegue de tropas de la Guardia Nacional.

"El presidente está preocupado por el aumento del nivel de violencia, particularmente en Ciudad Juárez y Tijuana, y por el impacto que está teniendo en las comunidades a ambos lados de la frontera", reza una nota oficial de la Casa Blanca. Según la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, EEUU doblará el número de agentes de fronteras y de los destinados a investigar delitos cometidos por extranjeros; triplicará la cifra de analistas de información, y cuadruplicará la presencia de oficiales trabajando con mexicanos.

EEUU también destinará este año unos 518 millones de euros a mejorar la capacidad judicial y de las fuerzas del orden mexicanas, lo que incluye cinco helicópteros para las Fuerzas Armadas y ayudar a los fiscales mexicanos a desarrollar programas de protección de testigos. Además, se aumentará la dotación tecnológica, con el uso de escáneres de rayos X que desnudan a la gente, y la agencia contra las drogas (la DEA) y el FBI tendrán una mayor presencia de la que ya tienen en la frontera.

La Casa Blanca quiso dejar claro su pleno apoyo al presidente mexicano, Felipe Calderón, con quien EEUU dice que está trabajando "hombro con hombro". Este es el mensaje que llevará a México Hillary Clinton en el viaje que empieza hoy. Clinton abordará asuntos relacionados con la seguridad fronteriza y la prosperidad en el continente.