El proceso de ampliación de la Unión Europea (UE) está en crisis a causa de la gravedad de la recesión económica y de las profundas divergencias de los Veintisiete sobre el proceso de integración europea. La cancillera alemana, Angela Merkel, ha sido la primera en pedir "una pausa" para poder consolidar la UE tras la acelerada incorporación de 12 países, después de verse obligada el pasado fin de semana a doblar hasta 50.000 millones de euros el fondo de ayudas para facilitar créditos a los estados en apuros debido a la crisis económica mundial. Holanda y Bélgica ya se han alineado con los planteamientos de Merkel.

Esta reorientación política ha supuesto un jarro de agua fría para las expectativas de los países balcánicos y Turquía y puede poner en peligro la estabilidad política, económica y social de esos estados. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, intentó ayer tranquilizar las inquietudes de Ankara y aseguró al presidente turco, Abdulá Gul, que la puerta de la UE sigue abierta para Turquía, pero que el país debe acelerar sus reformas.

Los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete también reafirmarán mañana a sus homólogos de Croacia, Turquía, Bosnia, Serbia, Macedonia, Albania y Montenegro que la promesa de integrarse en la UE cuando estén preparados sigue vigente. Pero la realidad es otra.

DISPUTA POR UNA FRONTERA Las negociaciones de adhesión de Croacia están bloqueadas por Eslovenia, a causa de una disputa entre ambos sobre una franja fronteriza marítima y terrestre. El veto esloveno ha obligado a suspender la reunión de negociación prevista este mes y la mediación de la Comisión Europea no han dado resultados.

Merkel está dispuesta a aceptar la adhesión de Croacia (histórico aliado alemán y austriaco en la región de los Balcanes) antes de iniciar la pausa. Pero la falta de ratificación del Tratado de Lisboa amenaza las aspiraciones de Zagreb.

Francia ha advertido que no habrá ninguna nueva adhesión hasta que no haya entrado en vigor la reforma institucional que incorpora el nuevo tratado, indispensable para que la Unión Europea ampliada pueda funcionar con agilidad, eficacia y democracia. Las incertidumbres sobre un segundo referendo en Irlanda, la crisis gubernamental checa y las oscuras maniobras del presidente polaco hacen temer que seguirá en el aire.

Las negociaciones de adhesión de Turquía apenas avanzan debido a las maniobras obstruccionistas de Chipre, a la lentitud de las reformas turcas y a la hostilidad hacia esa posible adhesión de Merkel y del presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Macedonia, candidato oficial a la adhesión desde el 2005, tiene bloqueado el inicio del proceso negociador por parte de Grecia, que exige que la antigua república yugoslava cambie su nombre. Atenas ya vetó el año pasado el ingreso de Macedonia en la OTAN por ese motivo.

DETENCIÓN DE MLADIC Holanda veta la aplicación del Acuerdo de Asociación con Serbia (paso previo al proceso de adhesión) para exigir la detención del exgeneral serbobosnio Ratko Mladic, mientras que la mayoría de los Veintisiete consideran que Belgrado ya coopera con el Tribunal Penal Internacional. Frente a la pausa en la ampliación liderada por Angela Merkel, Gran Bretaña y los países del Este más hostiles a una integración política europea defienden continuar ese proceso y, a la vez, ampliarlo a otros territorios como Ucrania.