La Junta Electoral Central (JEC) de Moldavia confirmó ayer el recuento inicial de votos de las elecciones parlamentarias del pasado 5 de abril, que dieron la victoria a los comunistas.

Este fue el resultado del escrutinio de los sufragios ordenado por el presidente de esa antigua república soviética, Vladímir Voronin, tras una semana de disturbios organizados por la oposición en la capital moldava, Chisinau. "Los datos del recuento que ha recibido la JEC de todos los colegios electorales no han revelado ningún fraude. Los casos de diferencias de votos son tan insignificantes que no modificarán los resultados anunciados anteriormente", dijo Iurie Ciocan, el secretario de la JEC. Los comunistas obtendrán 60 escaños de los 101 en el nuevo Parlamento, los liberales y los demócratas liberales, 15 cada uno, y la alianza Nuestra Moldavia, 11 escaños. En Moldavia, los diputados eligen al presidente. Para elegirlo, se necesitan 61 votos. La decisión de repetir el escrutinio fue adoptada el domingo por el Tribunal Constitucional a petición del presidente moldavo, que es líder del Partido Comunista. El martes de la semana pasada, las protestas opositoras desembocaron en violentos disturbios en Chisinau, durante los que fueron saqueadas las sedes del Parlamento y de la Presidencia. Según los opositores, las autoridades habían incluido en las listas electorales los nombres de 400.000 electores ausentes o incluso fallecidos.

Voronin acusó a Rumanía de estar detrás de los desórdenes, tras lo cual declaró persona "non grata" al embajador rumano en Chisinau e introdujo visados para los ciudadanos rumanos que quieran viajar a Moldavia. Las autoridades moldavas presentaron ayer la acusación de financiar el "complot" contra el empresario más rico de Moldavia, Gabriel Stati. El magnate, de 32 años, ha financiado al opositor Partido Liberal, del alcalde de Chisinau, Dorin Chirtoaca, y a medios de la oposición.