Annency (Francia), 21 abr (EFE).- Expertos internacionales reunidos en Annecy (Francia) consideraron hoy que los problemas sufridos por dos niñas de Valencia no están relacionados, como se ha mantenido desde un principio, con la aplicación de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH).

La razón de sus dolencias podría estar en que ambas sufrieron un síndrome de conversión, lo que provocó su ingreso en el Hospital Clínico de Valencia.

Esta ha sido una de las conclusiones de unas jornadas sobre el riesgo y beneficio de las vacunas, organizadas por la Fundación Merieux en Annency (sureste de Francia), a la que han acudido expertos internacionales y en las que, en todas las sesiones, se ha hablado del caso de las niñas de Valencia y la seguridad de la VPH.

"Las vacunas son los medicamentos más seguros del mundo", aseguró Javier Díez Domingo, jefe del área de investigación de vacunas del Centro Superior de Investigación y Salud Pública.

El pasado 16 de abril se reunió el grupo de expertos que analiza el caso de las dos niñas valencianas y en los próximos días hará pública sus conclusiones, que apuntan, en coincidencia con lo señalado hoy por los expertos, a que ha habido un componente de conversión neurótica que explicaría el proceso.

Según los expertos reunidos en Annecy, ambas sufrieron previsiblemente un síndrome de conversión, que se produce cuando se tiene un cuadro clínico cuyo origen es un estado de ansiedad.

Llegar al diagnóstico de este síndrome se tarda y "es posiblemente lo que ha pasado con estas niñas", matizó Díez Domingo.

La alarma social se debió a la coincidencia en el espacio y tiempo de los dos casos, según los expertos, que remacharon que el origen de las convulsiones "no era cerebral cortical".

Claire-Anne Siegrist, de la Universidad de Ginebra, explicó que, cuando le contaron los casos de estas niñas, enseguida pensó que, en al menos una de ellas, el problema no estaba relacionado con la vacuna.

Esto se debe, coincidieron los expertos, a que "no hay explicación patógena de que en diez minutos una persona empiece a mostrar convulsiones después de una vacuna".

Lo que ocurrió, según Díez Domingo, es que en el hospital valenciano se hicieron muchos esfuerzos por intentar demostrar si el ingreso de las dos pacientes estaba relacionado con la vacuna.

Finalmente, se ha constado que esto no es así, según Díez Domingo, quien recordó que las Agencias Europea y Española de Medicamentos ya señalaron una semana después que la relación entre la vacuna y la enfermedad era "muy bajo".

Los expertos reconocieron que la atención sanitaria a las niñas ha sido la correcta, que el proceso entra dentro de lo normal y que tanto en este caso como en otros la clave es la transparencia.

Si bien la VPH no es la causante de la enfermedad de las niñas, los expertos sí admitieron que pudo ser "el desencadenante" debido a que podría existir en las pacientes un componente de ansiedad.

Los expertos explicaron esto señalando que cuando en un colegio se va a suministrar la tercera dosis de una vacuna, los escolares repiten que ésta duele más antes de que les sea aplicada y, finalmente, acaba doliendo más porque están predispuestos a que así sea.

El riesgo que asume una población en cada vacuna depende del impacto de la enfermedad en esa población, según los expertos, que advirtieron de que nunca el riesgo es cero; se trata por tanto de una balanza entre beneficios y riegos ante la que hay que decidir.

Sobre el plazo de cobertura, afirmaron que es imposible científicamente saber cómo se va a comportar un medicamento nuevo, lo que no quiere decir que no funcione.