Pese a la dificultad de cuantificar el número exacto de víctimas, la oenegé Human Rights Watch denuncia en un informe que "cientos" de hombres homosexuales iraquís han sido asesinados, previas torturas y mutilaciones, en varias ciudades, especialmente en el distrito de Sadr City de Bagdad, bastión de la armada de Mahdi, del jefe radical chií Moqtada Sadr. La autoría de estos crímenes, según la oenegé, se atribuye a milicias religiosas con la connivencia de las fuerzas de seguridad del Gobierno.

El informe de la oenegé contiene la declaración de un portavoz de la milicia chií que justifica que estas acciones contra la comunidad homosexual son un "remedio" contra la transformación de los hombres iraquís en personas "afeminadas". Los autores de los asesinatos --añade la oenegé-- consideran que la homosexualidad es "una amenaza para la virilidad de los iraquís".

Un portavoz del ministro del Interior se apresuró a salir al paso de estas acusaciones con el argumento de que deben ir acompañadas de pruebas. La homosexualidad está prohibida en casi todos los países de Oriente Próximo, pero la situación en Irak es especialmente peligrosa.