Tras el rechazo de Suiza a los minaretes, el debate francés sobre la identidad nacional ha derivado en un debate en torno al islam. Un terreno muy resbaladizo en el que cualquier paso en falso adquiere la proporción de polémica. La última ha salido de la boca de la ministra de la Familia, Nadine Morano, al aconsejar a los jóvenes musulmanes que no hablen verlan (el argot de los guetos) ni lleven la gorra al revés si quieren encontrar trabajo.

Las declaraciones de la ministra se produjeron justamente en el transcurso de un debate sobre la identidad celebrado en una ciudad del noreste francés. Los socialistas han juzgado estas declaraciones "muy graves" por considerar que caricaturizan y estigmatizan al islam. Algunos no dudan en considerarlas el reflejo de "una concepción étnica de la nación" y piden la dimisión de la ministra.