La Unión Europea ha condenado hoy la ejecución del ciudadano británico Akmal Shaikh en China y ha lamentado que las autoridades de Pekín no atendieran las peticiones comunitarias para que la sentencia de muerte fuera conmutada. Shaikh, de 53 años, ha sido ejecutado hoy mediante inyección letal en la ciudad de Urumqi (capital de la región noroccidental de Xinjiang), por un delito de tráfico de drogas. La UE "condena en los términos más firmes" la ejecución, señala un comunicado de la presidencia sueca de turno comunitaria, que recuerda la oposición europea a la pena de muerte, ya que cualquier fallo del sistema judicial es "irreparable e irreversible" una vez que se ha producido la aplicación de la condena. Peticiones desatendidas

Lamenta que las autoridades de Pekín no hayan atendido "las reiteradas peticiones de la Unión Europea y de uno de sus Estados miembros para que la sentencia contra Shaikh fuera conmutada". La Unión Europea "está convencida" de que la abolición de la pena de muerte "es una parte integral" del respeto y la protección de los derechos humanos, añade la nota.

El vicepresidente del Parlamento Europeo responsable de cuestiones de democracia y derechos humanos, el británico Edward McMillan-Scott, condenó también esta "ejecución bárbara". El eurodiputado pidió en un comunicado que la UE adopte una posición más dura frente a China por "la creciente evidencia de empeoramiento de los abusos de los derechos humanos" en el país.