El segundo soldado estadounidense desaparecido el 23 de julio ha aparecido muerto, según han confirmado hoy fuentes del Departamento de Defensa de EEUU, que no han querido dar más detalles. El cadáver de su compañero fue descubierto el pasado domingo. Ambos cayeron en manos de los talibanes después de penetrar en una zona controlada por los insurgentes al sur de Kabul.

Vecinos del distrito de Baraki Barak, en la provincia de Logar, han sido los que han encontrado el cadáver de "un soldado norteamericano" uniformado y han dado aviso a las autoridades afganas, que han entregado el cuerpo a la coalición liderada por EEUU.

Los militares, pertenecientes a la Marina estadounidense, desaparecieron el viernes pasado tras abandonar en coche la base en la que estaban destinados y se adentraron en el distrito de Charkh, bajo control talibán. Al parecer hicieron caso omiso al alto que les dieron las fuerzas de seguridad afganas. La OTAN, que no ha dado explicaciones de los motivos que llevaron a estos soldados a entrar en zona insurgente, denunció su desaparición al día siguiente. El domingo, cuando las fuerzas de la ISAF descubrieron el cadáver de uno de ellos, aseguraron que el otro estaba en poder de los talibanes y advirtieron a los insurgentes de que eran responsables de lo que ocurriera con el rehén.

Los talibanes habían confirmado que en una emboscada en el distrito de Charkh, en la provincia de Logar, habían matado a un soldado estadounidense y habían secuestrado a otro.

REPLIEGUE DE HOLANDA

Por otra parte, los talibanes han felicitado a Holanda por la retirada de sus tropas de Afganistán, prevista para el 1 de agosto. En una entrevista concedida al periódico neerlandés De Volkskrant, el portavoz insurgente Qari Yusuf Ahmadii desea "todo lo mejor" a los ciudadanos y al Gobierno de Holanda "por tener el coraje de tomar esta decisión de manera independiente". Holanda inicia el repliegue al no haber logrado el Gobierno el consenso necesario para prolongar la misión.

La salida del Partido Laborista de la coalición de Gobierno a raíz de las diferencias sobre la permanencia de las tropas holandesas en Afganistán motivó la caída del Ejecutivo en el pasado febrero. La ONU había solicitado a Holanda una extensión de su operación en Afganistán, algo que apoyaba el entonces primer ministro, el democristiano Jan Peter Balkenende, pero no los laboristas, que en ese momento eran la segunda fuerza política del país.

La misión holandesa en Afganistán, que comenzó en el verano de 2006, finalizará el próximo domingo 1 de agosto. Solo 250 soldados holandeses permanecen actualmente en la provincia de Uruzgán (al sur del país).