El Gobierno decidió ayer expulsar al embajador de Libia en España, Ajeli Abdussalam Ali Breni, y a tres funcionarios de la legación que actuaban como espías, según fuentes del Ejecutivo. Los afectados tienen 10 días para dejar el país. La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, no había dado este paso antes porque consideraba que Abdussalam no comulgaba con el régimen y lo iba a abandonar por iniciativa propia, informaron fuentes del Ministerio. Sin embargo, Jiménez se ha decidido ahora a romper definitivamente las relaciones entre Madrid y Trípoli, por considerar que Abdussalam es fiel a Gadafi. Esta medida no supone el cierre definitivo de la embajada.

España clausuró de facto su legación en Trípoli en marzo, retiró al embajador y ahora el único representante español es un diplomático.