Argentina y Gran Bretaña volvieron a sacarse chispas por la disputa de las islas Malvinas a pocas horas de una nueva reunión del Comité de Descolonización de Naciones Unidas (ONU). La presidenta Cristina Fernández de Kirchner reaccionó airada ante unas declaraciones del premier David Cameron, quien habló de ponerle "punto final" a la discusión sobre la soberanía del archipiélago austral, en poder de Londres desde 1833.

Kirchner tildó esas palabras de "arrogantes", "mediocres" y casi una estupidez". Y añadió que el Reino Unido se comporta como "una burda potencia colonial en decadencia". La presidenta retomó la escena pública tras unos días en los que el Gobierno se ha visto salpicado por dos escándalos de corrupción.

Y habló, claro, horas después de que se cumpliera un nuevo aniversario de la rendición de los militares argentinos en las Malvinas. La dictadura del general Leopoldo Galtieri tomó las islas el 2 de abril de 1982. Las acciones bélicas se iniciaron el 1 de mayo y duraron hasta el 14 de junio de ese mismo año. La derrota aceleró el retorno de Argentina a la democracia.

CITA CON OBAMA Desde entonces, distintos Gobiernos intentaron que Londres vuelva a la mesa de negociaciones. "Los argentinos nunca creímos en los puntos finales, ni en derechos soberanos sobre las Malvinas", dijo la jefa de Estado, que aseguró que el archipiélago será algún día recuperado "en el marco del derecho y la paz". "Mientras las Malvinas quieran ser territorio soberano británico deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto final de la historia", había dicho Cameron en el Parlamento, el miércoles, en respuesta al legislador Andrew Rosindell.

Este había sugerido la necesidad de que el primer ministro recordara a Barack Obama, durante su próximo encuentro en Londres, que la corona no tiene entre sus planes discutir con Buenos Aires sobre las islas.

El cruce de opiniones no se explicaría sin la inminencia de la reunión del Comité de Descolonización, prevista para la semana que viene. "Inglaterra no está rechazando a Argentina, sino que rechaza a la Asamblea General de las Naciones Unidas que cada año aprueba una resolución para que nos sentemos a negociar", señaló el canciller argentino, Héctor Timerman.