La ONU considera que los rebeldes libios llevan "cierta ventaja" a las fuerzas leales al dictador Muamar al Gadafi en el conflicto que los enfrenta, gracias al apoyo aéreo de los efectivos de la OTAN realizan desde hace cien días. Así lo aseguró hoy ante el Consejo de Seguridad del organismo el subsecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, para quien "está claro" que "la iniciativa militar está ahora del lado de las fuerzas opositoras" libias. "Pese a que no tenemos un detallado entendimiento de la situación militar, está claro que la iniciativa, aunque titubeante, está ahora con las fuerzas de la oposición apoyadas ocasionalmente por la artillería aérea de la OTAN", indicó Pascoe en su informe a los miembros del Consejo sobre la situación en Libia. El subsecretario general subrayó así que la balanza en el conflicto parece inclinarse a favor de los rebeldes y destacó que los enfrentamientos se están acercando cada vez más a Trípoli, para lo que puso como ejemplo "los intensos combates" que se viven en Bir El Ghnem, a unos 80 kilómetros de la capital del país. También destacó que la OTAN bombardea la capital libia y que existen combates en la ciudad de Brega, mientras que informó de que las fuerzas de Gadafi siguen bombardeando Misrata. "Estamos preocupados por las informaciones sobre las muertes entre civiles, ya sean a causa de la violencia del régimen, que ha sido la responsable de la vasta mayoría de esas muertes, o a causa de las acciones militares de las fuerzas opositoras o de la OTAN", indicó Pascoe. El subsecretario general del organismo destacó en ese sentido que se deben realizar "todos los esfuerzos para evitar que los civiles sean expuestos a peligro alguno", después de las críticas recibidas por la OTAN tras provocar aparentemente muertes civiles con sus bombardeos. "Mientras las fuerzas opositoras toman el control de algunas ciudades, las informaciones apuntan a que algunos de los desplazados están regresando", dijo Pascoe, quien destacó que, hasta el pasado 23 de junio, más de 1,1 millones de personas habían cruzado la frontera de Libia con Túnez, Egipto, Níger, Argelia, Chad y Sudán. Señaló además que alrededor de 3.000 personas se encuentran atrapados en puntos fronterizos con Túnez, Egipto y Níger, y que 16.000 individuos han alcanzado por barco las costas de Italia y Malta. "Estamos muy preocupados por los inmigrantes, en su mayoría subsaharianos, que navegan en condiciones peligrosas desde Libia hacia Europa. Muchos de ellos siguen desaparecidos o han muerto en alta mar", indicó el subsecretario general de la ONU. El informe de Pascoe se produce el día en que se cumplen cien jornadas de actividades militares de la coalición internacional, han pasado ya cinco meses desde que se inició la crisis en el país y tres después de que el Consejo de Seguridad aprobara la resolución 1.973 que dio inicio a la actuación internacional. En cuanto a las mediaciones para encontrar una salida a la situación del país, Pascoe detalló que el enviado especial de la ONU a Libia, el exministro de Exteriores jordano Abdul Ilah al Jatib, trata de "limar las diferencias" entre las dos partes para que se inicien "conversaciones indirectas". Al Jatib visitará "en un futuro cercano" el país de nuevo para intensificar esa labor, aunque mantiene un contacto telefónico frecuente con las partes, por lo que Pascoe aseguró que el inicio del proceso de negociación entre las partes está ya en curso. Pascoe aseguró a los miembros del Consejo de Seguridad que el objetivo de las resoluciones aprobadas -"la obligación de proteger al pueblo libio"- sigue prevaleciendo en la operación militar internacional. "Tenemos que asegurarnos de que los derechos humanos y las libertades básicas del pueblo de Libia se respetan completamente, y de que sus aspiraciones legítimas obtienen respuesta", indicó Pascoe. Tras oír a Pascoe, la delegación de Sudáfrica en el Consejo de Seguridad -una de las que se abstuvo a la hora de aprobar las resoluciones- aseguró que la operación militar en curso "no ayuda a solventar la crisis" y señaló que la comunidad internacional debería "centrar sus esfuerzos en una solución política más que en una militar".