El parlamento alemán (Bundestag) ha aprobado con una amplia mayoría el muy debatido proyecto de ley del apagón nuclear para el 2022 propuesto por el gobierno de la canciller Angela Merkel. La iniciativa legislativa de la coalición gubernamental formada por cristianodemócratas (CDU) y liberales (FDP) obtuvo finalmente el apoyo de la oposición socialdemócrata (SPD) y verde, a pesar de las fuertes críticas que los dos mayores partidos de la oposición vertieron sobre el Gobierno. De un total de 600 sufragios emitidos, 513 votaron a favor, 8 se abstuvieron y los 79 diputados de La Izquierda optaron por votar en contra, alegando que la normativa no contempla la inclusión en la Constitución de una cláusula que prohíba expresamente el uso y desarrollo de la energía nuclear, tanto para fines pacíficos como militares. El ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, ha asegurado en su discurso que no se trataba de resaltar "las diferencias en los detalles" que separan a las distintas formaciones políticas, sino de apoyar el proyecto "ciudadano" y "liderado por el Gobierno" que supone una "gran oportunidad" para Alemania. Socialdemócratas han criticado el oportunismo del Ejecutivo y su brusco viraje en materia energética, que ha generado "incertidumbre" e importantes costes a los ciudadanos, según Sigmar Gabriel, presidente del SPD. Renate Künast, portavoz del grupo parlamentario de Los Verdes, ha recordado que su decisión de apoyar el apagón no es incondicional y ha subrayado que el trámite de este jueves es "solo un paso intermedio" porque quedan muchos temas pendientes en materia energética como el desarrollo de las renovables o el establecimiento de un cementerio nuclear permanente. Sin embargo, el gran consenso sobre el apagón nuclear no se ha ampliado al resto del variado paquete de medidas que el Ejecutivo ha llevado a la cámara baja dentro del paraguas denominado Cambio energético, que no obstante fueron aprobados gracias a los votos de la coalición. Entre las medidas aprobadas en el Bundestag se encuentra el cierre definitivo de los ocho reactores atómicos, los siete más antiguos y uno con problemas, que fueron suspendidos de manera temporal tras la catástrofe de Fukushima, así como el calendario de cierre de los restantes. Asimismo se ha aprobado un variado conjunto de planes que abarca desde la regulación del aislamiento en los edificios para mejorar la eficiencia energética al programa de fomento de las energías renovables, pasando por la reforma de la red eléctrica nacional. El programa del Cambio energético se debatirá el viernes de la semana que viene en el Bundesrat, donde no se esperan grandes sorpresas o alteraciones del texto legal, pese a la conformación regional de la cámara alta. El plan para desconectar los 17 reactores nucleares de Alemania de Merkel fue diseñado de urgencia tras la catástrofe de Fukushima y supuso un cambio radical con respecto al programa energético nacional anterior del Gobierno, que apostaba por la energía atómica.