Los enfrentamientos sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE vuelven a desgarrar al partido conservador británico. Un grupo de parlamentarios tories retó ayer la autoridad de David Cameron al votar en la Cámara de los Comunes a favor de la convocatoria de un referendo sobre el futuro del Reino Unido en los Veintisiete. La propuesta no era vinculante ni tenía ninguna posibilidad de salir adelante, porque tanto laboristas como liberales se oponían, al igual que Cameron, a la consulta. Pero el hecho de que 60 diputados conservadores hubieran firmado la moción, rompiendo la más estricta disciplina del partido, significa que el grupo parlamentario conservador se ha fracturado, con consecuencias para Cameron a partir de ahora.

Un sondeo publicado el domingo por el Mail on Sunday refleja que el 61% de los británicos quieren un referendo sobre la Unión Europea.