Más de 300 años de tradición en la sucesión del trono de Inglaterra tocan a su fin. La monarquía británica se moderniza y entra en el siglo XXI con una reforma constitucional que otorgará los mismos derechos al primogénito de la familia real, sin distinción por cuestión de sexo. El cambio fue adoptado ayer por unanimidad, en una cumbre celebrada en la ciudad australiana de Perth, por los 16 líderes de la Commonwealth que reconocen a la reina Isabel II como su jefa de Estado.

Las nuevas normas implican que el primer bebé de los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, será el heredero, sea niño o niña. Hasta ahora, cualquier hijo varón tenía preferencia en la línea de sucesión al trono. La nueva normativa suprimi-rá también la prohibición en vigor que impide al monarca casarse con un católico, aunque el soberano deberá seguir siendo anglicano, ya que es también el jefe de dicha Iglesia.

El contenido de la reforma fue anunciado en Perth por el primer ministro, David Cameron, para quien las actuales leyes "son caducas y necesitan ser cambiadas". "La idea de que un hijo más joven deba convertirse en el monarca en lugar de una hermana mayor simplemente porque es el hombre es algo que ya no se puede aceptar. Tampoco tiene ningún sentido que un futuro monarca pueda casarse con alguien de cualquier religión menos la católica", señaló.

Los cambios no tienen carácter retroactivo y la princesa Ana, segunda hija de la soberana, seguirá siendo la 10ª en la línea de sucesión al trono, por detrás de sus hermanos Andrés y Eduardo. "Para decirlo simplemente, si el duque y la duquesa de Cambridge tienen una niña, un día esa niña puede llegar a ser nuestra reina", explicó Cameron.

AVAL DE LA REINA Isabel II, de visita oficial en Australia desde principios de esta semana, ha dado el visto bueno a este paso para igualar los derechos al trono de hombres y mujeres, aunque nunca se haya pronunciado pú-blicamente sobre el tema y en el palacio de Buckingham insistan en que la reforma de la primogenitura es un asunto del Gobierno. La soberana dejó muy claros cuáles eran sus sentimientos al respecto cuando en el discurso de apertura de la cumbre defendió el potencial de las mujeres, lamentando que en nuestras sociedades "aún no se haya desarrollado plenamente". También alentó a todos los países a "encontrar el camino para lograr que todas las chicas y mujeres se desarrollen plenamente".

Las actuales normas de sucesión aparecen en un conjunto de disposiciones aprobadas durante los siglos XVII y XVIII. Durante mucho tiempo, diversos gobiernos, conservadores y laboristas, habían hablado de la necesidad de modernizar las leyes, pero el asunto era muy engorroso y se ha ido aplazando hasta ahora.

La idea de acabar con la discriminación es sin duda bien recibida por los británicos, que recuerdan con orgullo a la reina Victoria y sienten gran respeto por Isabel II, pero dudan de las cualidades del príncipe Carlos.

El hecho de que Cameron haya decidido precisamente ahora realizar la reforma da lugar a algunas especulaciones. Los conservadores han perdido una buena parte del voto femenino a consecuencia de los recortes presupuestarios. En un lugar preeminente de la agenda de Cameron está el reconciliarse con las votantes y recuperar esos apoyos, que necesita si aspira a la mayoría absoluta en las próximas elecciones. El Reino Unido iniciará en la próxima legislatura la compleja y lenta tramitación del cambio legislativo, que deberán completar otros países de la Commonwealth.