La OTAN dejó claro ayer que no piensa intervenir en Siria, justo un día después de que el presidente sirio, Bashar el Asad, advirtiera al mundo de que atacar Siria supondría "provocar un terremoto" en toda la región de Oriente Próximo. El mensaje de tranquilidad a Asad lo transmitió el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, que ayer visitó Libia, donde la OTAN sí optó por una intervención militar.

Las declaraciones de Rasmussen se produjeron cuando se esperaba que el régimen de Damasco diera una respuesta a la propuesta que le presentó la Liga Árabe para acabar con la violencia en Siria, donde ya han muerto más de 3.000 personas desde que empezaron las protestas a mediados de marzo. Pero el Gobierno de Asad no se pronunció sobre el plan. El jefe de la diplomacia siria, Walid al-Moallem, abandonó Catar, donde se habían reunido los ministros de Exteriores de la Liga Árabe, sin transmitir ninguna respuesta. Mientras, en Siria, la cruenta represión de los opositores por parte de las fuerzas de seguridad se cobró la vida de siete personas más. Muchos manifestantes pedían en las manifestaciones de los últimos días que se declarara una zona de exclusión en el espacio aéreo sirio para evitar algunos ataques del Ejército sirio sobre los civiles.

Pero Rasmussen se mostró muy claro respecto a la posición que van a adoptar los aliados: "No tenemos ninguna intención de intervenir en Siria", afirmó Rasmussen, aunque condenó "firmemente" la represión contra los ciudadanos sirios.

"Tomamos la responsabilidad de la operación en Libia porque había un mandato claro de la ONU y porque teníamos un apoyo fuerte y activo del país y la región (...) y ninguna de estas condiciones se dan en Siria", alegó Rasmussen. En una rueda de prensa en Trípoli, el secretario general de la OTAN indicó que "lo que ha pasado en Libia ha mandado una señal clara a los dictadores del mundo entero".

"Teníamos un mandato claro de las Naciones Unidas para salvar vidas civiles. Esa misión acaba esta noche. A partir de ahora, los libios deben trazar su porvenir y desde mañana serán las nuevas autoridades las encargadas de las operaciones de seguridad", dijo Rasmussen, que visitó Libia por sorpresa para cerrar la misión de la OTAN. El jefe de la Alianza Atlántica, que se reunió con las nuevas autoridades libias, aseguró que la organización no se plantea tener bases ni involucrarse en el país e insistió en que tampoco lo hará en Siria.

DISPAROS Ayer, cinco personas murieron en Homs, en el centro del país, por disparos de las fuerzas de seguridad, y dos perdieron la vida en Harasta, cerca de Damasco, y en Hama, al norte, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Decenas de estudiantes se manifestaron ayer contra el régimen de Asad en la universidad de Qalamoune, próxima a Damasco.

La Liga Árabe pretende detener la violencia, pero Damasco no muestra intención de aplicar el plan que esta organización le recomienda. La propuesta árabe para Siria prevé un "cese inmediato" de la violencia y la "retirada de los tanques" de las ciudades sirias, explicó el líder de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi.