El Tribunal Correccional de París ha declarado culpable al expresidente de Francia Jacques Chirac por malversación de fondos públicos y abuso de confianza, en relación con los empleos ficticios creados en el Ayuntamiento de París a principios de los años 90.Jacques Chirac, de 79 años, es el primer presidente francés que ha sido juzgado por un Tribunal, aunque fue dispensado de acudir a la vista, celebrada entre el 5 y el 23 de septiembre pasados, a causa de la degradación de su estado de salud. Según un informe médico, el expresidente sufre problemas neurológicos “severos” e “irreversibles”. El último día del juicio, la defensa trasladó al tribunal una declaración de Chirac, en la que el exjefe del Estado sostiene no haber “cometido ninguna falta, ni penal ni moral”.

El caso de los empleos ficticios se remonta a principios de los años 90, durante su etapa de alcalde de París (1977-1995). Sin embargo, la justicia no pudo actuar hasta después del 2007, cuando Chirac dejó el Elíseo tras doce años en el poder, durante los cuales se benefició de la inmunidad inherente al cargo de presidente de la República.

Una vez recuperado el estatus de ciudadano de a pie, el proceso se fue eternizando por cuestiones de forma y giros inesperados, como la retirada del actual consistorio socialista tras alcanzar un acuerdo ¿una indemnización de 2,2 millones de euros- con el partido del expresidente, la Unión por un Movimiento Popular (UMP). La fiscalía, por su parte, había solicitado la absolución.

Petición de 10 años

En cambio, la asociación anti-corrupción Anticor ha mantenido la acusación contra Chirac por “desvío de fondos públicos” y de “abuso de confianza” ¿ penados con hasta diez años de prisión y 150.000 euros de multa- por la creación de 28 empleos ficticios de cargos que, en realidad, trabajaban para el partido.

Entre los acusados figuran también el nieto del general de Gaulle, Jean de Gaulle, el exsecretario general del sindicato Fuerza Obrera, Marc Blondel, y uno de los hijos del exprimer ministro Michel Debré, François Debré, así como dos antiguos directores de gabinete, Michel Roussin y Rémy Chardon.

En la época en que se produjeron los hechos, Chirac era el presidente del principal partido de la derecha, el RPR, antecesor de la UMP y preparaba la campaña presidencial de 1995, que ganó tras dos fracasos consecutivos. Según la acusación, los empleos falsos encubrían misiones destinadas a ampliar su ámbito de influencia. Con Chirac ausente del banquillo de los acusados, el juicio perdió su interés mediático y muchos testimonios no respondieron a la citación. Entre ellos el actual ministro de Exteriores, Alain Juppé, que en el 2004 fue condenado en relación con este caso como antiguo adjunto del expresidente en la alcaldía.