Pese a que no llegará a entrar en prisión porque no tiene antecedentes, Jacques Chirac ya puede arrogarse en su lista de haberes el de ser el primer expresidente de Francia condenado formalmente por la justicia.

El líder conservador, que ocupó la presidencia de la Repú-blica entre 1995 y 2007, fue condenado ayer a dos años de cárcel por los delitos de malversación de fondos, abuso de confianza y prevaricación cometidos mientras ostentaba el cargo de alcalde de París (1977-1995). El hecho de que la sentencia haya tardado 12 años en llegar --el tiempo que Chirac fue presidente del país y por ello evitó ser juzgado-- ha vuelto a abrir el debate de la conveniencia de revisar el estatuto de inmunidad de los presidentes de la República francesa.

CREACIÓN DE EMPLEOS El tribunal considera probado que Chirac creó una veintena de empleos mientras estuvo al frente del consistorio y que las personas que los ocuparon, lejos de servir al municipio, trabajaron para su partido, el RPR, cara a la carrera presidencial. "Violó el deber de la honestidad que pesa sobre los responsables de la gestión de fondos o bienes públicos a su cargo contra el interés general de los parisinos", reza la sentencia, que cifra la malversación en 1,4 millones de euros.

A la hora de imponer la duración de la condena, el tribunal ha tenido en cuenta tanto el tiempo que ha transcurrido desde la comisión de los delitos como el hecho de que el político no se embolsara dichos fondos a título personal. La petición inicial era de 10 años de prisión y una multa de 150.000 euros.

El líder conservador, de 79 años, no acudió ayer al Tribunal Correccional de París a recoger la sentencia, como tampoco asistió a la vista oral celebrada el pasado septiembre. En el juicio acreditó problemas neurológicos "severos" e "irreversibles".

Chirac aseguró en un comunicado emitido por sus abogados que no apelará la sentencia. "No se me puede reprochar ningún delito, pero por desgracia no tengo todas las fuerzas necesarias para proseguir, ante nuevos jueces, el combate por la verdad".

FALLO "INJUSTO" El expresidente indicó sentirse "herido" por la sentencia, que definió de "injusta", pero también estimó que los hechos son muy antiguos y que un nuevo proceso "erosionaría la función presidencial".

"Soy consciente de que lo que está en juego no es solo el honor de un hombre, sino la dignidad de la función presidencial. Creo que el respeto de nuestras instituciones exige que vuelva la calma", afirmó Chirac.

El actual presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, evitó comentar la sentencia, pese a que afecta al líder del partido RPR que, después, se convirtió en su formación, la Unión por un Movimiento Popular. "Estas circunstancias no deben hacer olvidar el compromiso de Jacques Chirac al servicio de Francia, lo que le permite y permitirá conservar todavía la estima de los franceses", aseguró Sarkozy.

El portavoz del Partido Socialista (PS), BenoŒt Hamon, vio en la sentencia "un buen signo para la democracia francesa", ya que demuestra que "una justicia independiente puede pronunciar un veredicto contra un expresidente de la República".