La represión del régimen del presidente sirio Bashar al Asad contra los opositores, que ha causado ya miles de muertos, ha llevado finalmente a Rusia a cambiar su postura inicial. El embajador ruso en el Consejo de Seguridad de la ONU, Vitaly Churkin, ha presentado un proyecto de resolución sobre Siria que pide a Asad que inicie reformas en el país y que respete los derechos humanos y reclama el cese de la violencia "por ambas partes". Hasta ahora el Consejo de Seguridad no había podido aprobar una resolución de condena a Damasco por el veto de Rusia y de China.

"Creemos que el Consejo de Seguridad tiene que actuar", ha señalado el embajador ruso, que este mes preside el Consejo. Aunque este cambio de postura del Kremlin es importante, los diplomáticos occidentales han considerado que el texto no es suficientemente contundente contra el presidente sirio, aunque han admitido que la propuesta de resolución puede ser una "base para negociar".

En el texto, Rusia expresa la "necesidad urgente de detener la violencia, respetar los derechos humanos y agilizar las reformas en el país", al tiempo que respalda "los esfuerzos de la Liga Árabe para solventar la crisis en colaboración con las autoridades sirias". "Necesitamos aprobar una resolución en el Consejo que termine con la violencia y la crisis que vive Siria, y ayudar a ese país a seguir el camino de las reformas políticas", ha apuntado Churkin, que ha destacado que el papel del Consejo debe ser "no el de exacerbar el conflicto, sino el de relajarlo".

"Texto totalmente insuficiente"

El embajador ruso ha destacado su voluntad de llegar a acuerdos con los países occidentales, una voluntad compartida por estos que, sin embargo, han insistido en calificar el texto ruso de "totalmente insuficiente". Varios representantes europeos del Consejo han criticado que la propuesta del Kremlin pone al mismo nivel a las autoridades y a los manifestantes. "Es un proyecto de resolución insuficiente. Tenemos que decir quién es responsable de esta violencia, que es el Gobierno sirio. No podemos poner al mismo nivel a las autoridades y a los manifestantes", ha subrayado el embajador alemán ante la ONU, Peter Wittig, tras una reunión de urgencia en el Consejo.

Más receptivo se ha mostrado el embajador francés ante la ONU, Gérard Araud, que ha aplaudido la iniciativa rusa y la ha calificado de "acontecimiento extraordinario" porque muestra que "Rusia ha decidido abandonar su inacción" ante el caso de Siria. "Rusia ha sentido nuestra presión y el peso de la indignación", ha afirmado Araud, que ha coincidido con su homólogo alemán en que el texto ruso es "desequilibrado" y necesita "muchos cambios", pero que servirá para negociar una resolución final que hasta ahora ha sido imposible aprobar en el máximo órgano internacional de seguridad.

Frialdad de Clinton

El diplomático francés ha lamentado también que el proyecto "equipare a autoridades y a manifestantes" y ha advertido de que cualquier resolución debe "reflejar la realidad sobre el terreno". "Tenemos que mostrar que la violencia ha venido del régimen sirio y que es el régimen quien ha matado a miles de manifestantes. Está claro que, tras meses de violencia, algunos manifestantes devuelven la violencia, pero no podemos ponerlos al mismo nivel", ha añadido.

Por su parte, la máxima representante de la diplomacia de EEUU, Hillary Clinton, ha acogida con frialdad la propuesta rusa ya que considera que trata por igual a oposición y Gobierno. No obstante, Clinton ha manifestado estar dispuesta a trabajar con Rusia ya que por primera vez ha reconocido que la situación en Siria, donde Naciones Unidas cree que han fallecido al menos 5.000 personas por la represión, debe ser debatido en el Consejo de Seguridad.