Una delegación de la Liga Árabe encabezada por el egipcio Saif al-Yazal, asistente del secretario general del organismo, llegó ayer a Damasco para preparar el despliegue de 500 observadores en el marco del plan para acabar con la violencia en Siria, que el presidente del país, Bashar el Asad, aceptó el lunes pasado.

El equipo, que incluye 12 juristas y expertos en seguridad, aterrizó en la capital siria ante la condena mundial contra el régimen de Asad por las matanzas de civiles a manos de las fuerzas de seguridad en los últimos días, que se han saldado con 270 muertos --más de 5.000 desde que empezó el conflicto--.

La oposición cree que Asad aceptó el plan de la Liga Árabe para ganar tiempo y matar a más opositores. El siguiente equipo de observadores tiene prevista su llegada a Damasco el próximo domingo.