Los países de la Unión Europea han incrementado el nivel de las sanciones a Irán por su programa nuclear y se han puesto de acuerdo este lunes para imponer un embargo gradual al petróleo de Irán y para castigar al banco central iraní. Con estas medidas, que deberán ser ratificadas ahora en la reunión que celebrarán hoy los ministros de Exteriores de los Veintisiete, la UE busca privar al régimen de Mahmud Ahmadineyad de fuentes de financiación para sus planes nuclares.

España será uno de los países que "más se va a sacrificar" a raíz de este embargo, según ha señalado el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, debido al importante volumen de crudo que importa del país persa. "Entendemos que la seguridad de la zona es prioritaria y, por tanto, estamos dispuestos a hacer este sacrificio para conseguir la unanimidad en Europa", ha señalado a su llegada a la reunión. España obtiene el 20% de sus importaciones de petróleo de Irán, con Repsol y Cepsa como principales importadores españoles.

Suministro garantizado

Pese al "sacrificio", García-Margallo ha afirmado que no habrá problemas de suministro dado que las empresas españolas le han asegurado que pueden encontrar "suministros alternativos", en los que llevan trabajando "un tiempo".

El embargo, cerrado por los embajadores de la UE, se ha aprobado a pesar de las reticencias de Grecia, que pedía que se tuvieran en cuenta sus dificultades financieras y la fuerte dependencia que tiene del crudo iraní. Una mayoría de estados miembros son partidarios de que el embargo se aplique en seis meses, esto es a partir del 1 de julio, pero Francia, Alemania y Reino Unido piden una respuesta más inmediata y una entrada en vigor de esta sanción en tres meses, a partir del 1 de mayo, han explicado fuentes diplomáticas.