Helmut Kohl, canciller de la reunificación alemana, prometió, a principios de los 90, convertir la gris República Democrática en un paisaje floreciente. Para conseguirlo, necesitó la colaboración, de empresarios, banqueros y de todo el país. Han pasado 21 años, y los estados federados (länder) del Oeste siguen contribuyendo con millones de euros a la reconstrucción de la antigua RDA.

El llamado Pacto de Solidaridad II, que se puso en marcha en el 2005 como continuación del primero, prevé que los estados federados del Oeste transfieran 156.000 millones de euros a los cinco estados del Este que en 1990 se incorporaron a la República Federal de Alemania. Y lo deben hacer aunque el estado financiero de la mayoría de municipios sea deplorable.

En los últimos días, alcaldes de importantes ciudades de la cuenca del Ruhr, en el estado federado de Renania del NorteWestfalia, han expresado su disconformidad a seguir pagando hasta el 2019. Las motivaciones que exponen son claramente económicas. Con una población de 18 millones de habitantes, solo ocho de los 400 municipios de Renania del Norte-Westfalia tienen las cuentas saneadas. La ciudad de Essen, con una población cercana a los 600.000 habitantes, arrastra una deuda de 2.100 millones de euros, un tercio de ella provocado por la contribución a la reconstrucción del Este.

SISTEMA PERVERSO "El Pacto de Solidaridad es un sistema perverso que ya no tiene justificación", ha afirmado recientemente el alcalde socialdemócrata de la localidad de Dortmund, Ullrich Sierau, ante el hecho de que ciudades de la cuenca del Ruhr tengan que endeudarse para cumplir con su parte del pacto de solidaridad con el Este.

El Financial Times Deutschland añadía un nuevo factor de preocupación al informar de que los municipios fuertemente endeudados ya están encontrando dificultades para que los bancos les concedan más créditos. El Süddeutsche Zeitung ha ido más allá y ha comparado la situación financiera de determinados municipios con la vivida en Grecia: "También en Alemania hay pequeñas Grecias, municipios con una fuerte deuda y además incapacidad para financiarse". Y cita el caso de Oberhausen, como ejemplo de ciudad más endeudada de Alemania, con 2.000 millones de euros, que suponen el pago anual de 100 millones en intereses cada año.

La versión del Gobierno alemán es que, a pesar de todo, el Pacto de Solidaridad debe continuar, según como está previsto, hasta el año 2019.