La financiación es clave en las campañas electorales. Y en EEUU, donde los aspirantes invierten ingentes cantidades de dinero, todavía más. Tanto para empezarla como para seguir en ella. Y la cosa empeora si el proceso se alarga, como está siendo el caso de las primarias republicanas, donde ninguna de los cuatro aspirantes arroja la toalla. Precisamente para seguir en la batalla, el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich ha recurrido a los recortes tan de moda en estos tiempos.

Así, Gingrich ha despedido a un tercio del personal que tenía contratado a jornada completa, ha decidido reducir el número de viajes por el país y apostará, como medio de contacto con los electores, por los medios virtuales; esto es, internet y las redes sociales, según ha confirmado su portavoz de campaña, R.C. Hammond. El dirigente conservador quiere reservar sus recursos para la convención que el partido republicano celebrará en agosto en Tampa (Florida) y donde se decidirá, en función de los delegados que tenga cada aspirante, el candidato a disputarle la Casa Blanca a Barack Obama.

Los despidos también han afectado a su principal asesor, Michael Krull, cuya labor la realizará otro de sus asesores, Vince Haley.

Centrados en Tampa

"Nos vamos a centrar exclusivamente en lo que es necesario para ganar", ha apuntado el director de comunicación de Gingrich, Joe DeSantis. Hammond añadió que estos cambios no significan en modo alguno que el expresidente de la Cámara de Representantes tenga intención de abandonar la carrera electoral. "Es todo lo contrario. Significa que Newt está diseñando su campaña para estar preparado para Tampa", ha añadido.

Gingrich es el tercero en discordia en el proceso de primarias de los republicanos, siempre por detrás de Mitt Romney, el a priori favorito, y de Rick Santorum, y por delante del tejano Ron Paul. El dirigente solo ha ganado dos consultas, las dos en estados sureños: Georgia --donde ha ejercido principalmente su carrera política-- y Carolina del Sur.

Sin embargo, el hecho de que Romney no se haya consolidado como favorito da alas a Gingrich. "Si llegamos al 26 de junio y Romney no tiene mayoría. creo que tendremos una de las convenciones más interesantes y abiertas de la historia", advirtió el aspirante.

Sin noticias de Adelson

Los últimos informes financieros sobre la campaña de Gingrich, de finales de febrero, ya ponían en evidencia que el dirigente tenía más deudas que liquidez. "Vamos justos de dinero", admitió el martes el aspirante en un acto en Maryland. "Tenemos el dinero para ir tirando", añadió. El super PAC que apoya al excongresista, que recibió 16,5 millones de dólares del magnate de los casinos Sheldon Adelson, se ha quedado ya sin fondos y de momento Adelson no ha realizado ninguna otra aportación.

A buen seguro que la insistencia de Gingrich en seguir en campaña no gusta ni a los pesos pesados del partido republicano, que estarían presionando tanto a Gingrich como a Paul para que renuncien, como a los propios votantes republicanes. Según un sondeo divulgado el martes por la CNN, la mayoría de votantes querrían que Gingrich y Paul, los candidatos más débiles, abandonaran la carrera. Un 60% quiere que Gingrich lo deje, mientras que el 39% prefiere que siga, casi los mismos datos que para Paul, a quien el 61% quiere verlo fuera de la contienda.

Según la encuesta, el 36% de los republicanos apoya a Romney para la nominación, mientras que el 26% se decanta por Santorum. Hace apenas un mes, el exsenador por Pensilvania lideraba los sondeos con un 34%, mientras que el exgobernador de Massachusetts se conformaba con un 32%.